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La producción de «El Hobbit» se queda en su tierra natal. Las negociaciones con el gobierno kiwi llegan a buen puerto. Cuando todas las partes quieren lo mismo... ACT: Desgranamos los términos del acuerdo.
Algunos agoreros ya daban por migrada la producción. Con los datos y el corazón en la mano, eso nos seguía pareciendo imposible. Cuando todas las partes estaban de acuerdo en que «El Hobbit» no podía salir de las islas, sólo había una solución: el acuerdo total.
El primer ministro, John Key, ha anunciado este hecho hace pocas horas. El Gobierno se ha comprometido a introducir cambios en la legislación laboral y a aumentar el subsidio a la productora. Presentará la nueva legislación al parlamento este jueves para aclarar que los actores neozelandeses están vinculados a contratistas independientes y no a Warner.
El acuerdo incluye una deducción de impuestos especial para Warner Bros. que puede ahorrarles 7,5 millones de dólares, cifra que variará en función del éxito de las películas. El Gobierno financiará con 10 millones de dólares los costes de merchandising de «El Hobbit» como parte de la «asociación estratégica a largo plazo» acordada con la productora para promover Nueva Zelanda como lugar de producción cinematográfica y destino turístico. Una inversión mínima para lo que esperan recibir en forma de publicidad y turismo en el país. Recuerdo que la trilogía del Anillo generó más de 260 millones de dólares para el país. Además, el acuerdo alcanzado incluye que uno de los estrenos mundiales de las dos entregas se hará en Nueva Zelanda.
Para completar la noticia, bastante escueta, aunque importante, se ha confirmado al actor Sylvester McCoy como el encargado de interpretar al istari Radagast el Pardo. Otro británico curtido en las series de televisión que se añade al reparto.