(n. 473 P.E.) Hijo de Huor de la Casa Hador. Tras la muerte de su padre en la Nirnaeth Arnoediad se crió con los sindar de Mithrim en las cavernas de Androth, y después cayó prisionero de los Orientales que ocuparon aquella región y les sirvió durante tres años como esclavo. Consiguió huir y se dedicó a hacer tanto daño a los nuevos soberanos que pusieron precio a su cabeza. Entonces Ulmo le sugirió que marchara a Nevrast.

El encuentro con Ulmo en la desierta ciudad de Vinyamar a orillas del mar determinó su futuro. En aquella ciudad encontró una armadura y una espada dejadas allí para él. Ulmo le transmitió la pasión por el mar y lo envió a Gondolin, guiado por el náufrago elfo Voronwë. El mensaje de Ulmo, que Tuor le llevó, no sorprendió a Turgon: la hora de Gondolin llegaba a su fin y él debía abandonar la ciudad y marchar a las Bocas del Sirion. Ulmo sólo trataba de encontrar una presentación respetable para Tuor y encauzar su unión con Idril, la hija del Rey. De esta unión surgiría Eärendil para quien el vala ya había previsto una importante misión.

Algunos hechos afirman que Gondolin no era del agrado de Tuor y que no permaneció allí por gusto, pero los hermosos pies blancos de Idril habían conquiistado su corazón. En la lucha por la ciudad, cuando atacaron las fuerzas de Gothmog, Tuor salvó a su esposa e hijo de la carnicería, arrojó al traidor Maeglin de la gran muralla y condujo a los últimos supervivientes por un paso secreto hasta el valle del Sirion. Durante su huida, Glorfindel, que terminó cayendo junto a un Balrog, acudió en su auxilio pues habían sido emboscados por los orcos.

En Nan-Tathren compuso una canción en honor a Ulmo con la que transmitió su pasión por el mar a su hijo Eärendil. Cuando los años se hicieron notar, construyó un barco, Eärrámë (Q. «Ala del Mar» ), y navegó al Oeste con Idril. Tuor e Idril fueron una de las dos parejas que unieron a elfos y hombres, y se cuenta también que Tuor fue el único mortal que vivió con los noldor de Valinor.

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