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Oriental

Los Hombres que llegaron a Beleriand en la Primera Edad, aunque después de los Tres Pueblos de los Edain, pertenecían a una raza sospechosa: «eran de escasa talla y corpulentos, de brazos largos y fuertes, de piel cetrina o amarillenta, y de cabellos oscuros al igual que los Ojos». Los Edain evitaban el contacto con ellos. Maedhros, que tomó los Pueblos de Ulfang y Brór a su servicio, fue traicionado por los hijos de Ulfang en la Nirnaeth Arnoediad. Los hijos de Brór siguieron fieles a su lado y murieron por la causa de los Noldor.

No todos los Orientales estaban aliados con Mordor, ni todos los que le servían le eran absolutamente leales. Con su ayuda querían conquistar para sí mismos las ricas tierras de Beleriand y tuvieron una gran decepción: les cedió la fría región de Hithlum donde siempre aullaba el viento, nada más. No se ha encontrado ninguna información sobre lo que fue del Pueblo de Brór ni lo que sucedió con los Edain que regresaron de Estolad al este o marcharon al sur.

Cuando los Númenóreanos volvieron a la Tierra Media en la Segunda Edad, se encontraron con razas de Hombres, algunas extrañas y otras claramente emparentadas con ellos. Los hombres de Rhovanion asumieron con más facilidad la civilización de los Dúnedain y, desde el reinado de Eldacar en Gondor, fueron considerados casi como iguales por los nobles de descendencia Númenóreana. La migración de este a oeste continuó en la Tercera Edad. No se sabe cuales fueron los motivos reales. Se supone que Sauron dominaba a su antojo en el Este e instigaba sin parar a las tribus salvajes contra el odiado Reino de Gondor.

En Gondor sólo se llamaban «Orientales» a los que procedían de Rhûn, es decir, de los territorios geográficamente desconocidos más allá del río Carnen y del Mar de Rhún. Estos pueblos, muy heterogéneos, solían ser belicosos y poco civilizados, pero estaban más cercanamente emparentados con los hombres de Gondor que las razas de Khand y de Harad. Se reproducían muy rápidamente, mientras que los países al Oeste del Anduin sufrían una despoblación crónica.

De los momentos más peligrosos para Gondor fueron las avanzadas de los Aurigas y los Balchoth. Los Orientales que lucharon por Sauron en la Guerra del Anillo eran pequeños hombres barbudos con hachas. Mostraron ser muy fuertes y valerosos y no imploraron clemencia a la hora de la derrota. El Rey Elessar aún tuvo que sostener alguna que otra lucha con ellos en la Cuarta Edad.